Se llama Alejandro Rodríguez Macías. Tiene cinco años y su historia conmueve al mundo del deporete. Todo sucedió en Gran Canaria, en España, y el niño dio una lección de espíritu deportivo.
Alejandro estaba en el medio de un partido cuando el entrenador del equipo contrario y al árbitro se pusieron a discutir en medio del partido que Unión Viera B y Barrio Atlántico jugaban en el estadio López Socas, de la categoría mini "prebenjamín" en la Liga de Escuelas del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria.
El pibe, entonces, se metió entre ambos adultos y los separó. Sin más, sin pensar demasiado en quién tenía razón. "No peleen, quiero jugar", les dijo y recibió una ovación de los allí presentes.
El pibe, entonces, se metió entre ambos adultos y los separó. Sin más, sin pensar demasiado en quién tenía razón. "No peleen, quiero jugar", les dijo y recibió una ovación de los allí presentes.
"A más de uno se puso la piel de gallina y el padre de Alejandro se quedó 'añurgado' después de ver entrar a su hijo por detrás de las dos personas mayores y estirando los brazos les pidió que parasen", contó el periodista Víctor Rastrilla, del periódico La Provincia.
El partido enfrentaba a dos equipos invictos en una Liga en la que participan escuelas, y en la que no importa cómo terminan los marcadores.
Según el padre de Alejandro la hinchada del Barrio increpó en varias ocasiones al árbitro, y también su entrenador, que en el descanso siguió hablando con él y gesticulando.
A la entrenadora de Viera, Ana Afonso, no le había gustado la actuación de su colega y también participó en esa charla.
Para que no peleen
"Hacía mucho calor, pero algunos educadores caldearon más un partido que tras la primera mitad de 20 minutos iba 1-1. El principal incidente se produjo tras el choque fortuito de un jugador por equipo en la segunda parte, momento en el que un monitor del Barrio decidió entrar al terreno de juego para recriminar al árbitro, instante de tensión en el que intervino Alejandro, que juega de delantero y que antes había marcado el gol que daba ventaja al Viera", relata el diario.
Ana también ingresó para preguntarle a su jugador qué hacía. "Para que no se peleen", recuerda Afonso que le contestó su jugador.
Ana también ingresó para preguntarle a su jugador qué hacía. "Para que no se peleen", recuerda Afonso que le contestó su jugador.
"Alejandro no quería que siguieran gritándose, sólo quería jugar", comentó el papá, quien no se esperó la reacción de su hijo. "Sólo le dije que hizo bien", explicó un padre.
Las fotos fueron tomadas por otro padre, Rubén López Estupiñán y, tras divulgarse, Alejandro Rodríguez Macías ha sido protagonista en diversos medios por un hecho extraordinario en el mundo del fútbol base, rodeado a veces de excesiva tensión y en el que se pierden los papeles con facilidad.
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